lunes, 26 de marzo de 2012

Un "esto es lo que hay"

En sus tiempos mozos, siguiendo la moda de la época, llevaba unas cejas tan finas que hoy solo quedaba un trazo hecho con lápiz de ojos negro. Un trazo perfecto en su ceja derecha, pero irregular en la izquierda, en el intento de sortear una verruga que se alzaba a escasos milímetros del párpado.

Se había ganado la vida por dos duros (y no por mucho más cuando España se pasó al euro). Se notaba y a ella le traía sin cuidado. Es más, se sentía orgullosa de que se notara, de cazar las miradas reprobadoras de las damas. Orgullosa de ser transparente, de no tener vuelta de hoja, de no sorprender, de no descolocar... Cualidades que asociaba ella con ser digna de confianza. Seguro que esas damas habían jugado sucio alguna vez. Ella no, ella podía estar en la mierda, pero siempre había jugado limpio... Un "esto es lo que hay".

Ni más ni menos...

sábado, 17 de marzo de 2012

Viaaajar en tren / es lo mejor

Las manos apoyadas en el cristal, como un niño ante el escaparate de una pastelería. El vidrio se empaña bajo sus dedos, calientes, que contrastan con el frío de la pantalla. Aunque retire las manos, cosa que no parece que vaya a hacer en los próximos minutos, la huella permanecerá unos segundos más, reacia a abandonar su sitio, como él. El conductor como si la cosa no fuera con él, indiferente ante un paisaje que tiene fascinado al improvisado espectador. ¿Está vigilando el hacer del conductor? ¿Fantasea con ser él quien controla la máquina? ¿Siente curiosidad por ver a través de sus ojos?

Puede que al otro lado del cristal las cosas sean más interesantes que dentro del vagón, con su centenar de personas mirando por la ventana, leyendo libros, subrayando textos, escuchando música, mostrando devoción por su smart phone, dando cabezadas... No. Sin duda, las personas que dan cabezadas pueden ser más entretenidas. Están las que nada más sentarse cogen la postura para echarse un sueñecito, las que caen en los brazos de Morfeo mientras leen y despiertan sobresaltadas intentando fingir que no ha pasado nada, las que tienen la cabeza descolgada y reabrirán los ojos con dolor de cuello, las que se balancean como péndulos y dan respingos, las que duermen con la boca abierta, las que terminan apoyándose en el de al lado, las que resoplan...

Viaaajar en tren / es lo mejor...

jueves, 15 de marzo de 2012

No todos pensamos así...

Dos monedas olvidadas en un banco, una discusión tonta. "¿Quieres elegir a quién se las das o prefieres dejárselo al azar? Las decisiones tomadas al azar también merecen respeto: a veces no se encuentra un motivo suficiente para preferir una cosa entre varias, a veces se ve igualmente justificado hacer una cosa u otra... El azar es perfectamente válido".

Un simple vistazo a su alrededor y había candidatos más que suficientes para recibir el objeto de la discusión: un rockero de la vieja escuela cantando clásicos con su guitarra, un joven arrancando dulces melodías a una flauta travesera, un hombre de mediana edad que caminaba descalzo por los paseos del jardín.

Un chico moreno, con gafas, se acerca al banco mientras lee A sangre fría. Sin levantar los ojos del libro, se sienta en el banco, sobre las monedas. Se levanta contrariado al notar la existencia de algo entre su cuerpo y el banco. Un par de monedas que convertirá en un par de cafés con su cita. Cuando tenga a bien llegar, claro. Puede que lo de que las chicas son impuntuales sea un tópico. Esta, sin duda lo es...

La historia del chico que leía mientras esperaba a la chica podría dar más de sí, pero no se lo dejó al azar. No todos pensamos así...