domingo, 11 de noviembre de 2012

Apasionante...

Dos personas conversan animadamente hasta que se une otra con la que no contaban. Hay un silencio inicial, miradas compasivas. Cada una busca un tema con el que mantener una conversación cómoda hasta que llegue el momento de separarse y seguir con sus vidas. O con sus conversaciones animadas.

Ahora llegaría el momento en el que empiezo a montarme mi película y empiezo a inventarme posibles finales para la historia:

Final 1. Solamente necesitaban romper el hielo. Crean una nueva conversación, una para las tres, de esas que molesta interrumpir cuando llega el momento de bajar del autobús.

Final 2. Se baja una de las dos del principio. Las que se quedan empiezan una conversación nueva pero, aunque la segunda habla con la tercera, tiene en mente lo a gusto que estaba con la primera.

Podría seguir así un rato, planteando distintos finales en los que unas u otras salieran mejor o peor paradas... Pero no hizo falta: llegó su parada y bajó. La tercera.

Esperaron a que se cerraran las puertas, se miraron entre ellas (dos miradas cargadas de intención), se les escaparon risitas y comentarios sobre la otra (cuyo único pecado era haber sido "la otra") y al poco retomaron sus vidas. Y sus animadas conversaciones sobre cambiar las cortinas de la cocina. Apasionante...

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