lunes, 26 de marzo de 2012

Un "esto es lo que hay"

En sus tiempos mozos, siguiendo la moda de la época, llevaba unas cejas tan finas que hoy solo quedaba un trazo hecho con lápiz de ojos negro. Un trazo perfecto en su ceja derecha, pero irregular en la izquierda, en el intento de sortear una verruga que se alzaba a escasos milímetros del párpado.

Se había ganado la vida por dos duros (y no por mucho más cuando España se pasó al euro). Se notaba y a ella le traía sin cuidado. Es más, se sentía orgullosa de que se notara, de cazar las miradas reprobadoras de las damas. Orgullosa de ser transparente, de no tener vuelta de hoja, de no sorprender, de no descolocar... Cualidades que asociaba ella con ser digna de confianza. Seguro que esas damas habían jugado sucio alguna vez. Ella no, ella podía estar en la mierda, pero siempre había jugado limpio... Un "esto es lo que hay".

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